Alex y Lisa son alfareros y socios, en la vida y en el estudio. Colaboramos en casi todo lo que pasa por el estudio, pasando el trabajo de un lado a otro a lo largo del proceso.

Esta colaboración, que creció naturalmente a través de nuestro matrimonio, permite que las ollas tomen vidas propias, a medida que renunciamos a la propiedad de ellas. Uno de nosotros concibe una olla, el otro podría dar a luz, y a medida que el proceso se desarrolla con la olla que pasa entre nosotros, la olla se convierte en más que la idea original.

Todo esto sucede mientras la vida se desarrolla a nuestro alrededor. Nuestros dos hijos entran y salen del estudio mientras las gallinas miran por las ventanas. Las montañas de los Apalaches hacen todo lo posible para distraernos de nuestra puerta trasera. Nos apresuramos a ir y venir de las escuelas, visitamos galerías, fotografiamos, enviamos cerámica y tratamos de seguir haciendo ollas que nos traigan alegría.

Esta vida se vuelve agitada, pero hacemos lo que amamos con las personas que amamos. No podemos imaginar que podríamos ser más bendecidos.

Alex and Lisa are potters and partners, in life and in the studio. We collaborate on nearly everything that comes through the studio, passing work back and forth throughout the process.

This collaboration, which grew naturally through our marriage, allows the pots to take on lives of their own, as we give up ownership of them. One of us conceives of a pot, the other might birth it, and as the process unfolds with the pot passing between us, the pot becomes more than the original idea.

All of this happens while life unfolds around us. Our two boys wander in and out of the studio while the chickens peer in the windows. The Appalachian Mountains do their best to distract us from our back door. We rush to and from schools, visit galleries, photograph work, ship pottery, and just try to keep making pots that bring us joy.

This life gets hectic, but we do what we love with the people we love. We can't imagine that we could be any more blessed.