Nunca ha habido un momento en que no estuviera encantado con las cuentas. Grandes, pequeños, cuentas brillantes, cuentas opacas, cuentas facetadas brillantes... hay algo en ellos que es adictivo. Un día, cerca del cambio de milenio (¡SIEMPRE he querido decir eso!), Vi una imagen de una antigua flor de cuentas. "Eso es posiblemente lo más genial que he visto", me dije a mí mismo.
Yo mismo estuve de acuerdo.
"No puedo matarlos", pensé para mí mismo.
"Maldito skippy", pensé yo mismo.

Así comenzó la búsqueda de MÁS INFORMACIÓN sobre este arte casi perdido, que en ese momento era bastante escaso. Así que hice lo que cualquiera haría (vendí un montón de cosas del marido mientras él no estaba buscando y compré cuentas) y busqué para averiguar lo que podía. Se convirtió en obsesión. Pequeños trozos de información aquí y allá sobre estas maravillosas y duraderas esculturas de flores con cuentas estaban escondidas entre casi todo lo que nunca supe que quería saber sobre las cuentas. Resulta que muchas de las técnicas para crearlos se remontan a siglos atrás. Hubo un breve renacimiento en la popularidad en los años 60, y afortunadamente para mí hubo otro resurgimiento más largo poco después de comenzar mi búsqueda.

Hago mis flores encadenando pequeñas cuentas de vidrio en alambre y doblándolas en forma. Mis creaciones tardan en hacerse (el helecho tardó casi 4 meses en completarse y me dio una aversión al verde que tardó casi un año en superarse), ¡pero los resultados finales valen la pena! Utilizo varias técnicas antiguas de todo el mundo, además de algunas técnicas que desarrollé en el camino por necesidad. Debido a que vengo de una larga línea de artistas y artesanos, mis intereses son muy variados, pero siempre vuelvo a mis flores. Las posibilidades son infinitas, y es muy divertido buscar colores y acabados únicos para mis proyectos, porque realmente a lo que se reduce todo es... se trata de las cuentas.

There has never been a time when I wasn't enchanted by beads. Big ones, little ones, shiny beads, dull beads, sparkling faceted beads... there's just something about them that's addicting. One day near the turn of the millennium (I have ALWAYS wanted to say that!), I saw a picture of an antique beaded flower. "That's quite possibly the coolest thing I have ever seen," I told myself.
Myself agreed.
"I can't possibly kill those," I thought to myself.
"Damn skippy," myself thought back.

Thus began the hunt for MORE INFORMATION about this nearly lost art, which at the time was pretty scarce. So I did what anyone would do (sold off a bunch of the husband's stuff while he wasn't looking & bought beads) and dug in to find out what I could. It became in obsession. Little bits of info here and there about these wonderful, long lasting beaded flower sculptures were hidden among just about everything I never knew I wanted to know about beads. It turns out that many of the techniques to creating them date back centuries. There was a brief revival in popularity in the '60s, and luckily for me there was another, longer resurgence shortly after I began my search.

I make my flowers by stringing tiny glass beads onto wire and bending them into shape. My creations take time to make (The fern took nearly 4 months to complete and gave me an aversion to green that took almost a year to overcome), but the end results are worth it! I use various old techniques from around the world in addition to a few techniques I developed along the way out of necessity. Because I come from a long line of artists and craftsmen, my interests are widely varied but I always come back to my flowers. The possibilities are endless, and it's so much fun hunting down unique colors and finishes for my projects, because really what it all comes down to is... it's all about the beads.