Mi tienda comenzó oficialmente con un sueño en 2009, pero mi historia con el papel y la escritura comenzó cuando tenía alrededor de 5 años.

Cuando era niño, mis viajes favoritos consistían en ir al Citibank con mi tía y tomar puñados de boletas de depósito para poder hacer copias mágicas con las hojas de carbono dentro. También estaba obsesionado con visitar la biblioteca para obtener un sello en la tarjeta de la biblioteca.

Cuando era adolescente, tenía una pared, no con carteles de Back Street Boys o músicos, sino de retazos de mi envoltura de regalo favorita que me había acurrucado amorosamente en cumpleaños y días festivos.

Cuando me gradué de la escuela secundaria y durante dos años en la universidad, trabajé en la papelería y la papelería Papyrus aprendiendo todo sobre tarjetas, papelería, compra y venta, envolver regalos, bonitas cintas, invitaciones y el arte de la comunicación.

En los años posteriores a dejar Papyrus y entrar en el mundo real, encontré otras tiendas de papel para amar e hice de la fabricación de tarjetas un pasatiempo: ayudé a una amiga a hacer sus propias invitaciones de boda, diseñé y hice a mano las invitaciones de primer cumpleaños de otra amiga para su hija, e hice usando una herramienta de gofrado a mano papelería en relieve para otra amiga para su cumpleaños. Sin embargo, nunca se me pasó por la cabeza tener un negocio. Solo quería hacer feliz a la gente con regalos de mi creación.

Lightening golpeó en 2009, mientras viajaba por Italia, después de correr el Maratón de Roma y tratar de encontrar mi equilibrio después de la repentina muerte de mi padre un mes antes. Hacia el final de mi viaje, mientras estaba en la ciudad de Riomaggiore, en las hermosas Cinque Terre de Italia, tuve un sueño que me involucró en quitar una tarjeta (que nunca vi) de un sobre que estaba diseñado como un par de medias que había usado y rasgado un enorme agujero. Inmediatamente me desperté, me senté de la cama y dije en voz alta: "¡Santa mierda! ¡Esto es lo que se supone que debo hacer con mi vida!"

Soy un gran creyente en los letreros y unos días más tarde, cuando mi plan para mi negocio se formuló y comenzó a tomar forma, estaba recogiendo una bolsa que había contenido mi almuerzo en la estación de tren de Montpelier en Francia y noté una imagen de un árbol con un círculo que decía: "Le papier c'est la vie". Lo arrancé tan rápido y lo puse en mi billetera para que nunca lo perdiera. Actualmente cuelga en mi pared (foto de arriba) y me recuerda los 11 años que me tomó cerrar el círculo.

Cuando llegué a casa y le dije a mi mamá que quería comenzar una empresa de papelería, ella dijo: "¡Podría haberte dicho eso hace muchos años!".

Necesitaba esos 11 años para aprender y crecer y ahora, estoy aquí, justo donde debería estar, haciendo lo que amo para los clientes con los que me encanta trabajar.

Siendo un fanático del papel, trabajo con papel de todo tipo: hecho a mano de otros países, metálico, reciclado, mates, brillos, etc. También trabajo con textiles-cordones, nylons, cualquier cosa que sea flexible.

Mi trabajo manual entra en cada proyecto, por lo que si bien un artículo puede imprimirse digitalmente, cortaré a mano, ataré a mano, pegaré a mano y / o embelleceré con brillos y cualquier otra cosa que el diseño requiera. También esbozo a mano cualquier ilustración necesaria para una invitación o pieza antes de importarla a la computadora y ajustarla antes de imprimirla.

Estoy comprometido con mis clientes y conmigo mismo para proporcionar la papelería social más única. Quiero que brilles a través de cada pieza diseñada, mi papelería debería ayudarte a contar tu historia. Simple, elegante y reflexivo, es la forma de papelería y diseño S2.

My shop officially began with a dream in 2009, but my history with paper and writing started when I was around 5.

When I was a kid, my favorite trips involved going to Citibank with my aunt and taking handfuls of deposit slips so I could make magic copies with the carbon sheets inside. I was also obsessed with visiting the library to earn a stamp on the library card.

When I was a teenager, I had a wall, not with posters of Back Street Boys or musicians, but of scraps from my favorite gift wrap that had lovingly snuggled gifts for me on birthdays and holidays.

When I graduated from high school and for two years in college, I worked at the stationery and paper store Papyrus learning everything about cards, stationery, buying and selling, wrapping gifts, pretty ribbons, invitations, and the art of communication.

In the years after leaving Papyrus and entering the real world, I found other paper stores to love and made card making a hobby-I helped a friend make her own wedding invitations, I designed and handmade another friend's first birthday invitations for her daughter, and I made using a hand embossing tool embossed stationery for another friend for her birthday. Yet, it never crossed my mind to have a business. I just wanted to make people happy with gifts of my creation.

Lightening struck in 2009, while traveling around Italy, after running the Rome Marathon and trying to find my footing after my father's sudden death a month prior. Toward the end of my journey, while in the town of Riomaggiore, in Italy’s gorgeous Cinque Terre, I had a dream that involved me removing a card (that I never saw) from an envelope that was designed much like a pair of tights I had worn and ripped a huge hole in. I immediately woke up, sat up from bed and said out loud, "Holy crap! This is what I am supposed to be doing with my life!"

I'm a huge believer in signs and a few days later, as my plan for my business formulated and started to take shape, I was balling up a bag that had contained my lunch at the Montpelier train station in France and noticed an image of a tree with a circle on it that said, "Le papier c'est la vie". I ripped it off so quickly, and put it in my wallet so I'd never lose it. It currently hangs on my wall (photo above) and it reminds me of the 11 years it took for me to come full circle.

When I got home and told my Mom that I wanted to start a stationery company she said, "I could have told you that many years ago!".

I needed those 11 years to learn and grow and now, I'm here, just where I should be, making what I love for customers that I love working with.

Being a paper fanatic, I work with paper of all kinds - handmade from other countries, metallic, recycled, mattes, glosses, etc. I also work with textiles-laces, nylons, anything that is flexible.

My handiwork goes into every project, so while an item may be printed digitally, I will hand cut, hand tie, glue by hand, and/or embellish with glitters and anything else the design calls for. I also hand sketch any illustrations necessary for an invitation or piece before it is imported into the computer and tweaked before printing.

I am committed to my customers and myself to provide the most unique social stationery. I want you to shine through every piece designed - my stationery should help you tell your story. Simple, elegant and thoughtful, it's the S2 Stationery and Design way.