Aprendí a centrar la arcilla por primera vez en Delaware, en mi liga de arte local, después de graduarme de la universidad en 1994. Rápidamente me convertí en un habitual del estudio de cerámica, integrando una práctica de estudio dedicada con mi vida diaria. En unos pocos años adquirí un torno de alfarero, un horno eléctrico y una pila de libros instructivos para aprender técnicas, cocción y preparación de vidriado. ¡Mi casa pronto estuvo repleta de cerámicas para usar y compartir! Desde Delaware hasta Florida, desde Luisiana hasta Maine, el pequeño estudio de mi casa viajó conmigo: familia, amigos y experiencias que dieron forma a mi práctica y a mi cerámica a lo largo del camino. Desde que me mudé a Maine en 2012, mi estilo orgánico ha evolucionado para reflejar los patrones, texturas y tonos naturales que encuentro al explorar el paisaje que me rodea.

Utilizo gres y arcilla recuperada para realizar mis cerámicas funcionales y decorativas. Las piezas se lanzan en mi torno de alfarero o se construyen a mano. Mis glaseados los preparo personalmente siguiendo recetas favoritas establecidas que he recopilado a lo largo de los años. Todo mi trabajo se cuece dos veces en mi horno eléctrico: primero para bisque y luego para glaseado. Este proceso de dos partes ayuda a garantizar que el trabajo con arcilla y los esmaltes se cocinen con éxito y produzcan cerámicas hermosas y útiles.

Usar mi cerámica hecha a mano en casa (una taza para el café de la mañana, platos llenos para la cena familiar) me hace sonreír. Espero que mis cerámicas irradien la misma alegría para ti y se conviertan en una parte preciada de tu día a día.

I first learned to center clay in Delaware at my local art league after graduating college in 1994. I quickly became a regular at the pottery studio integrating a dedicated studio practice with my daily life. Within a few years I acquired a potter’s wheel, electric kiln, and a stack of how-to books to learn techniques, firing, and glaze preparation. My home was soon overflowing with ceramics to use and to share! From Delaware to Florida, Louisiana to Maine, my small home studio traveled with me ⏤ family, friends, and experiences shaping my practice and ceramics along the way. Since moving to Maine in 2012, my organic style has evolved to reflect the natural patterns, textures, and hues I find when exploring my surrounding landscape.

I use stoneware and reclaimed clay to make my functional and decorative ceramics. Pieces are thrown at my potter's wheel or hand built. My glazes are personally prepared by me following favorite established recipes that I have collected over the years. All of my work is fired twice in my electric kiln ⏤ first to bisque and then to glaze-fire. This two-part process helps to ensure clay work and glazes successfully fire and yield beautiful, useful ceramics.

Using my handmade pottery at home — a mug for morning coffee, plates full for family dinner — brings a smile to my face. I hope my ceramics will radiate the same joy for you and become a treasured part of your everyday.